domingo, 21 de junio de 2020

Capítulo 7




Roger y Dani hablan en la puerta de la casa del primero. Sale Bea. A Dani se le van los ojos:
--¡¡donde vas tan solita, bombón, ven acá que te como... guapa¡¡ --le dice Dani.
Bea pasa de él pero le fascina que le digan cosas, la hace sentir importante, deseada. Le levanta el ánimo. Jugar con los hombres es su máxima afición. Le coquetería a ese chico tan guapo sino fuera porque su primo  está delante y porque sólo piensa en el maduro hombre que conoció el día anterior le haría caso. Roger le da un golpe en la cabeza a su amigo divertido:
--¡¡no te pases¡¡
--¿¡que pasa?¿es que es tu novia esa buenorra?
--¡no, es mi prima ¡¡ --dice en tono duro.
--lo siento, tío, yo...
Roger se le ríe:
--no, tranquilo. Si no me importa.
--¡pues perdona... pero es que está como quiere¡
--si buscas coger pues tranquilo...  su novio la abandonó después de estrenarla y desde ese momento juró que sólo ella jugaría con los hombres y que los usaría y los tiraría... y lo cumple. Es una guarra.
Dani traga saliva, sonríe con cara de degenerado:
--pues a mi que me use y me tire todas las veces que quiera.
Los dos amigos se ríen.
--pero sé discreto... mira que tía es una amargada. De joven salió con su domingo siete y no quiere que le pase lo mismo a la hija aunque va por ese camino.
--tranquilo... seré muy discreto... el riesgo merece la pena... y siempre llevo muchos condones.
Los dos siguen hablan un buen rato amigablemente.

Por su lado, Alejandro se sorprende al encontrar al abrir la puerta a Bea. Los dos se miran con deseo:
--¿¿tu?? –dice él encantado pero feliz.
--¿me recuerdas? –dice ella coqueta.
--claro que sí pero ¿que haces aquí?
--¿no me invitas a pasar?
--si claro...
Ella se saca la chaqueta, va muy provocativa:
--hace calor ¿no?
Él traga saliva, la mira con deseo.
--¿quieres tomar algo?
--lo mismo que tú.
Los dos juntos se toman un brandy:
--¿y el motivo de tu visita?
--¿te molesta que haya venido?
Los dos se seducen con los ojos, hace años que Alejandro no se siente así.
--para nada sólo que me sorprende.¿cómo me has encontrado?
--No ha sido fácil... pero cuando una tiene interés.
--¿y se puede saber porque tanto interés?
Ella le pone la mano en el muslo, los dos tiemblan de deseo:
--te quería dar las gracias por no atropellarme... te iba a traer un regalo pero se me olvidó así que te daré algo mejor...
--¿el que?
Ella lo besa y hacen furiosamente el amor.



En la noche, Orestes y Alejandro hablan en la cama después de su diaria sesión de sexo:
--¿¿¡te has acostado con la chica que casi atropellamos? –pregunta sorprendido pero contento.
--estoy asustado... tú sabes que yo no hago estas cosas.
---lo sé... si desde que te dejó la perdida de...
Alejandro lo mira con mala cara, Orestes se disculpa, está prohibido mencionar a Débora:
--en los últimos  quince años sólo has cogido conmigo.
Y Alejandro no se atreve a decir que con ninguna mujer ha disfrutado en la cama como con él. Nunca han hablado de sentimientos y no sabe si Orestes quiere saberlo.
--¿te gusta ella?
--me gusta pero es una perdida.
--lo sé. Yo me la tiré también
Alejandro se sorprende.
--con los dos el mismo día?
--y hasta nos grabamos con el celular.
--que golfa.
--Despreocúpate y diviértete. Por acostarte con ella no te vas a enamorar. Lo importante es usar siempre condón. Con esa pillas cualquier cosa.
Alejandro siempre esta ausente. Pensativo. Como si hubiera algo en su pasado que no hubiera superado.

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