lunes, 22 de junio de 2020

Capítulo 19







Eros espera nervioso en la puerta de Alejandro. Se siente como un quinceañero.  Sexualmente hablando recién lo está descubriendo.
-- lo que lograste. Él que siempre te despreció. No sólo lo has visto desnudo que era tu gran deseo... lo has tocado... lo has besado...
Alejandro abre la puerta y recibe a ese buenorro  que es ahora su hermanastro con una dulce sonrisa que lo derrite a Eros. A Eros le parece increíble que esté  allí con ese hombre tan guapo, que lo pueda abrazar, que se pueda enganchar de su cuello y pueda besarlo y Alejandro se deja querer contento. Eros está feliz, el encanta la calidez de Alejandro. Alejandro se aparta  tímido, sonríe:
--pasamos ¿no?
Alejandro entra primero y Eros detrás excitado por el culo de él. Le gustaría darle un pellizco pero no se atreve. Se quedan frente a la tele. 
--¿quieres algo de tomar?
Eros se abraza con fuerza a ese hombre.
--eres extraño-- Ale.
Eros tiene miedo de haber hecho algo que lo haya descubierto.
--¿qué tengo de raro?
--eres un hombre muy guapo que se metió en mi cama nada más conocerme y no fui capaz de hacerte nada. Debes tener muchos hombres a tus pies. Es que yo creía que me ibas a cobrar porque no entiendo qué ves en mi, que esperas de mi.
--Ya te dije. Quiero hacerte feliz y disfruté como nunca en tus brazos aunque no hubiera sexo. Yo quería estar contigo y te quería ofrecer lo que tú quisieras. Yo sólo quiero estar a tu lado. Recibir lo que tú me ofrezca. Hacer lo que tú quieras. Pideme lo que quieras.
Eros no hace más que mirarlo con admiración mientras le agarra las manos con fuerza. Alejandro se las besa.
--yo quiero llegar al alma de la persona que está a mí lado --dice él tomando la mano de Eros y poniéndola en el pecho de Eros- y me gusta que me aman por mi, que no sea algo físico aunque te agradezco que me hicieras sentir tan atractivo.
--eres un hombre muy guapo.
Alejandro sonríe seductor:
--gracias.
Esos labios lo llaman y los besa y  Eros es feliz porque él se deja.
--¿y no tienes novio? ¿No te ha interesado o qué pasó? 
Y Eros no le puede decir que es virgen con casi cuarenta años. 
Eros pone sus manos en las mejillas de Alejandro y le dice:
--No soy una santo y he estado con muchos hombres. Los hombres se acercaban a mi sólo para sexo y yo se los daba encantado pero te juro que la tarde que he pasado contigo ha sido especial... sólo un hombre me ha hecho sentir así… tú. Eres especial. Un regalo para la persona que esté en tu vida y eso nunca lo debes olvidar 
--vaya pues lo tomaré como un halago.
Eros lo besa dulcemente:
--si tú fueras mío no te dejaría nunca.. 
--yo no te puedo ofrecer nada.
Eros lo mira con cariño:
--tú me has ofrecido algo que hasta ahora nunca un hombre me ofreció... su amistad y eso para mi es más importante. Tú me gustas mucho y el placer que otros hombres me puedan dar es  inferior a lo que he sentido al estar contigo sin llegar a la penetración..
Alejandro está conmovido porque siente que jamás una persona lo ha tenido tan en cuenta como Eros. Eros siempre ha sentido algo muy especial por su hermanastro y quiere estar a su lado:
--no me gusta verte triste. Daría mi vida por verte feliz sin compromisos,  no te pido nada --dice Eros acariciándolo.
Alejandro lo abraza:
--ojalá yo te pueda ofrecer lo que tú necesitas.
--ya lo has hecho, te lo juro.
Alejandro sonríe, los dos se miran con mucho cariño. Se quedan un buen rato en silencio observándose. Eros está feliz, siente que está en el paraíso. Ese hombre, su hermanastro, le gusta mucho y no necesita acostarse con él para gozar a su lado.
--perdona,  que tonto. No te ofrecí nada. siéntete en tu casa.
Eros se siente extraño, siempre fue vetado como Emilio en esa casa y ahora en cambio está allá con todos los honores. Mira feliz a un tierno Alejandro que sirve dos copas. Una se la da a él. Beben siempre mirándose.
--y dime ¿de donde has salido? Donde vives? A qué te dedicas?
Eros sonríe.
--parece un interrogatorio.
--no tienes que contestar si no quieres .
Están los dos juntos en el sofá tomando. Eros tiene un discurso aprendido.
--heredé una pequeña fortuna de mi padre. Y me encanta viajar y conocer gente. Vivo siempre en un hotel. Llegué aquí por casualidad.
-y por cuanto pensabas quedarte?
Eros lo mira con fascinación 
--depende de ti.
Alejandro se siente halagado pero a veces un poco abrumado y Eros se da cuenta.
 --no quiero ser una carga para ti... me llamas cuando me necesitas y vendré de volada.
Alejandro lo acaricia con cariño.
--gracias por ser como eres.
--gracias a ti, me gusta estar aquí.
--eres tan guapo y perder el tiempo con un tipo que sólo te aburrirá --Alejandro.
Eros lo  besa.
--nunca lo pasé tan bien con nadie como contigo.
Alejandro le agradece sus palabras con una sonrisa que a Eros derrite. Lo  besa y Alejandro  responde con una sonrisa. Acaricia Eros esos labios feliz de que Alejandro le deje estar así con él:
--no te pido nada. No te pido amor.  Déjame estar a tu lado.
y los dos están horas tumbados en el sofá. Eros lo acaricia excitado. De repente llora la pequeña. Alejandro se levanta y extiende su mano a Eros :
--ven quiero que la conozcas.
Alejandro consuela a su hija con mucho cariño pues ha tenido una pesadilla. Eros lo mira con ternura. Alejandro acaricia a su hija hasta que se duerme. Salen del cuarto con cuidado. Eros lo abraza.
--eres un padre estupendo... eres el hombre perfecto.
--no soy tan perfecto como crees, si me conocieras me dejarías tú también.
Eros siente algo muy especial por ese hombre. Lo besa en los labios. le pone las manos en las mejillas y le dice:
--si tú quisieras podría amarte tanto...
Alejandro besa las manos de Eros. Sonríe:
--tus palabras llegan en el mejor momento, cuando me sentía una basura. Tú me haces sentir un hombre deseado.
--es que no entiendo como alguien no te puede querer. Como alguien no valora la suerte de tenerte a su lado.
Alejandro le toma de las manos, lo trata con mucha dulzura. A Eros le encanta que el hombre sea así con él.
--ven hablemos.
Alejandro se lo lleva al sofá:
--hay muchas cosas de mí que no sabes, por ejemplo que no soy un hombre de verdad .
--¡¡ya no vengas con eso¡¡ ¡¡eso te lo han hecho sentir las golfas de tus esposas pero es una tontería¡ Yo ya me estremezco como nunca contigo sin hacer el amor, sólo con mirarte. Eres un hombre completo de la cabeza a los pies. No lo digo para que te fijes en mi pero si las mujeres no te valoran pues muchos hombres lo harán. Tal vez tu único error fue estar con mujeres. Hubieras sido más feliz con hombres.
--pero no me hubieran hecho padre.
--Vale y lo eres. Eres padre. No vuelvas a decir que no eres un hombre de verdad porque eres el hombre más hombre que he conocido .
Aunque las palabras de Eros lo animan dice:
--pero estéril.
--¿como que estéril? tienes dos hijos.
--esa niñita que has visto es mi hija y lo es porque la adoro pero no lleva mi sangre jamás podré tener hijos. Soy estéril.
--¿y Dani?
--¿como sabes que mi hijo se llama Dani?
--me lo habrás dicho tú... --dice  tratando de disimular.
Alejandro no le da más importancia al tema:
--este es un secreto que casi nadie sabe, te lo voy a contar pero nadie debe saberlo.
--si claro.
--Dani no es mi hijo. Débora, mi primera esposa, era una cualquiera que se acostó con todos y no supe quien la embarazó. Yo me casé con ella porque la quería pero ella me humilló. Me hizo sentir menos que una basura por no poder tener hijos.
Eros acaricia las lágrimas de él. Lo besa  feliz por la confianza de él y conmocionado por su drama. Jamás pensó que tras su hermanastro se escondiera una historia de tanta amargura. Se da cuenta que en el fondo los dos estaban frustrados.
-y mi segunda esposa se quedó embarazada de mi hijo Dani... él es el verdadero padre de esa pequeña... ¡mi propio hijo¡
Eros está boquiabierto. A Eros le duele ver triste a Alejandro lo abraza con fuerza y dice:
--tienes dos hijos y ellos tienen la dicha de tener el mejor padre. 
Alejandro ha encontrado un gran refugio en ese hombre tan guapo. Los dos están felices juntos. Se besan ardientemente  Aunque no es lo que más le importa de él, a Eros Alejandro siempre le ha gustado mucho y desearía hacer el amor con él. Alejandro se deja desabrochar la camisa y Eros  goza lamiendo los pezones de él, el ombligo... Disfruta con esos fornidos pectorales pero justo cuando, loco de placer, va a desabrochar los pantalones de él se encuentra con un gemido de No.






No hay comentarios:

Publicar un comentario