lunes, 22 de junio de 2020

Capítulo 20



Eros está apunto de desabrochar los pantalones de Alejandro pero éste lo frena. Y es que Eros es un hombre demasiado guapo y aunque lo desea Alejandro tiene miedo que Eros se decepciona en la cama con él. Tienen una relación muy bonita. Y no la quiere estropear. Agarra las manos de Eros para apartarlas de su zona más peligroso.
--no Eros. Por favor, seamos solo amigos.
Eros agacha la cabeza, cree que él se ha molestado.
--perdón, no te quise ofender.
Alejandro lo acaricia para que levante el rostro y lo besa con suavidad.
--tú no me ofendes. Al contrario. Me haces sentir como en mis 18 años. Después todo fue mal hasta conocerte a ti.
Eros conocía el cuerpo desnudo de su hermanastro y ahora está conociendo su interior y le está gustando mucho.
--hacer el amor contigo no es lo principal pero a veces no me puedo controlar y es que estas demasiado buenorro.  Nunca un hombre me ha gustado tanto -Eros.
Alejandro le sonríe.
--soy un hombre normal en cambio tú sí que estás buenorro pero yo no estoy buscando sexo. No es lo que quiero. Si tú…
Eros le pone las manos en los labios para que no siga hablando.
--te juro que disfruto sólo estando a tu lado. Jamás en mi vida disfruté tanto.
--eso es lo que yo quiero., que estés a mi lado. Podemos besarnos, acariciarnos pero vamos poco a poco.
--¡¡sí¡¡ eso es lo que yo quiero¡¡
Para Eros es un sueño. Aunque le gustaría dejar de ser virgen es feliz sólo estando a su lado. Alejandro lo ve demasiado ilusionado y tampoco quiere que  piense que son algo:
--pero no te prometo nada, somos amigos. Tú no tienes un compromiso conmigo ni yo contigo.  Yo no te voy a reclamar nada, puedes estar con los hombres que quieras, buscar tu felicidad pero conmigo no... dame tiempo, no estoy preparado... tal vez más adelante y si tu quieres...
--yo si voy a querer. Te esperaré toda la vida.
Alejandro sonríe, Eros siente una gran necesidad de amor y afecto. Se besan. Mientras él se abrocha la camisa, ante la mirada de excitación de Eros. Después de todo lo que ha hecho por él el esperar más no le preocupa. Está a su lado y tiene una esperanza. Es feliz.

Eros llega al hotel recaliente. Se desnuda ante el espejo. Le gusta mirarse desnudo. No puede creer que ese sea él. Por fin es feliz. Pero sus necesidades sexuales siguen sin estar cubiertas. Esos viejos calzoncillos de Alejandro siguen siendo su tesoro. Y ahí sigue guardando un vibrador. Se masturba como siempre pensando en su hermanastro. Pero ahora es diferentes. Sus labios ya no están secos. Sus labios han saboreado los de Alejandro.  Y el cuerpo desnudo de éste no es no un recuerdo lejano ni algo prohibido. Lo conoce bien y hasta ha tenido la gorda verga de su hermanastro en su boca y le ha lamido todo el culo. Lo conoce a la perfección cada rincón de ese cuerpo. Es un sueño.

Al día siguiente, Eros entra en el baño de un bar y enseguida un hombre muy guapo se le acerca. Se pone en el urinario  de al lado. Siente su deseo y le gusta. El hombre está muy bueno y  Eros tiene tentaciones. Reconoce esa mirada que con los ojos le está comiendo la verga. Es Aarón. Aquel compañero de clase que le hacía la vida imposible. No puede creer que ese chico que tanto se rió de él se la esté mirando y quiera sexo con él. Eros se la guarda en seguida. Muy separado para excitar más al hombre que es muy descarado. Aarón no disimula pues se siente en regalo. Está seguro que nadie  va a rechazarlo. Sin abrocharse los pantalones Eros se va a un water y muy seductor hace gestos con la cabeza al hombre para que lo siga. Y Aarón lo sigue como un perrita. Es una perra en celo. Y Eros se siente poderoso al tener a ese chico que tanto lo humilló arrodillado con su boca bien abierta y con ganas de comer esa verga. Eros se la saca y no deja que se la toque. Esa verga está reservada a Alejandro. Con su verga en la mano, apunta a la abierta boca de Aarón y dispara. Le mea dentro de la boca. Aarón se queda en shock y ahogado de ese pis. Eros le mea en toda la cabeza y ropa. Y con mucho desprecio dice:
-los maricones como tú me dan asco. No te vuelvas a acercarme a mi. Eres escoria¡¡
Eros se va seguro. Firme. Se siente poderoso. Atrás deja a ese hombre humillado y furioso
--¡¡hijo de puta... hijo de puta¡ --no deja de repetir Aarón escupiendo pis.
No puede creer que esto le haya pasado a él.
Tantas veces que humillo a lo demás no soporta recibir su misma medicina. Se levanta con asco. Está meado de pies a cabeza. No sabe que hacer.
--¡si lo vuelvo a  ver le reviento la cabeza, hijo de puta . Enfermo¡
Entra un pobre chico y la paga con él. Le da una paliza que lo deja inconsciente y le quita la ropa. Lo deja desnudo y le tira encima su ropa meada.

Días después.. Eros va todas las noches a cenar a casa de Alejandro.  Siempre cuando la pequeña ya duerme. Hablan de todo y de nada. No hay sexo pero sí besos y caricias. Juntos recogen la mesa y ponen el lavavajillas.  Se sientan en el sofá el uno en brazos del otro 
--gracias por todo. No estoy acostumbrado a ser tan feliz--le dice Eros.
A Alejandro le preocupa la mirada de enamorado de Eros 
--pero no olvides que sólo somos amigos, busca el amor en otro lado… no en mi.
--me gusta estar contigo. Eres un gran hombre. Me siento afortunado de tenerte.
Alejandro agarra la mano del hombre y los dos se miran con mucho cariño:
Eros lo mira con intensidad. Está viviendo un sueño constante pero tiene un miedo dentro de el.
--si supiera que casi su tu hermano –-dice para sí.
Alejandro lo mira fijamente:
--¿te preocupa algo? Yo te he confiado mis secretos. Si tienes un problema quiero que sepas que puedes contar conmigo. 
Eros teme que esa mirada, que ahora es tierna,  sea de odio si descubre que es Emilio. Eros siente mucho cariño por Alejandro. Siempre ha sido especial para él pero ahora se ha convertido en imprescindible en su vida. Es su todo. Alejandro lo acaricia con ternura:
--en estos días de conocernos, he aprendido a leer en tu interior. Sé que ocultas algo que no me quieres decir, algo que crees que no me puedes decir.
Eros besa la mano de ese hombre:
--eres tan especial para mí... 
El rostro de Eros se llena de lágrimas. Lo mira fijamente y piensa:
--si supieras que soy Emilio, que somos hermanastros y que desde que nos conocemos hace más de 20 años he soñado con ser tu amigo, con estar así contigo. Si supieras todo lo que hice para estar así contigo.
Alejandro besa a Eros suavemente en los labios:
--¿por qué tan angustiado? si es verdad que soy especial para ti... ¿porque no confías en mí?
A Eros le conmueve esa preocupación de Alejandro, pero sabe que lo despreciaría si supiera la verdad:
--quiere a Eros --piensa-- pero Emilio se puede morir. No sabe nada de mi desde hace años y  ni se preocupa.
A Emilio lo ha borrado de su vida.
Acariciándolo en la mejilla, Alejandro le dice:
--¿no quieres confiarme tu secreto?
Eros quiere decirle que no tiene secretos pero no puede. Lo ve tan dulce, tan amoroso que no le quiere mentir:
--es que a veces hay cosas que mejor no saberlas.
--No creo que haya algo tan terrible que no me puedas contar.
Eros rompe a llorar, Alejandro acaricia las lágrimas del hombre con cariño:
--¿que pasó? no te pongas así.
Alejandro lo  abraza y Eros se siente muy refugiado. Alejandro  sonríe y esa sonrisa  llena de paz a Eros.
--¿te sientes más tranquilo?
Eros hace que sí con la cabeza. Muy sonriente, Alejandro lle dice:
--yo no te voy a juzgar. De todas formas si no me quieres contar... no me cuentes ¿alguien sabe de tu secreto?
Eros hace que no con la cabeza. Está nervioso. Es muy feliz y siente que esa felicidad pende de un hilo.
--no es bueno guardarse las cosas para uno, yo no volveré a sacar el tema pero si algún día sientes que necesitas hablar conmigo... Lo que sea, yo te voy a escuchar sin juzgarte
Eros lo abraza con emoción:
--gracias... eres muy importante para mi. Eres muy buena persona.
La sonrisa y la dulzura de  Alejandro lo derriten:
--buena persona eres tú... tú me estás ayudando mucho y que bueno que yo te pueda ayudar a ti -Ale.
Eros acaricia los labios de ese hombre tan guapo:
--ojala todo hubiera sido diferente...
--¿de qué hablas? --pregunta Alejandro.
Eros le come la boca  y Alejandro se deja besar y acariciar. Están un buen rato así. Eros se separa sofocado. 
--perdón... me dejé llevar.
Alejandro sonríe seductor:
--no te preocupes... lo que pase aquí nadie lo sabrá.
Los dos se sonríen y se abrazan.

Al día siguiente, Eros está en el despacho de un juez al que entrega mucho dinero.
--esto ya es el último pago... recuerde que tengo pruebas para hundirlo si no sentencia a favor del señor Alejandro Silva.
--Su abogado ha hecho un buen trabajo, no me costará demasiado...
--más le vale…





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